“Nuestro partido político es el pueblo y nuestra política es el arte”
Un cantante venezolano sobreviviendo en una sociedad xenófoba
Por: Diego De La RosaLas constantes crisis en países como Venezuela, han generado que el fenómeno de la migración se intensifique a causa de situaciones políticas y económicas deplorables que obligan a los ciudadanos a abandonar sus países en búsqueda de mejores oportunidades.
En este caso, la “dictadura” de Nicolás Maduro en Venezuela ha causado que gran cantidad de venezolanos vayan por todos los países de Latinoamérica y el mundo en búsqueda de trabajo, dinero o alguna manera de sostener a sus familias e hijos, viéndose obligados, en algunos casos, a cometer actos delincuenciales como los hurtos.
En Colombia, debido a que se trata de un país fronterizo y con una larga historia de migración entre naciones, ha sufrido un impacto importante debido a la movilización masiva de ciudadanos del vecino país que, a través de La Guajira o Norte de Santander, de manera legal o ilegal, ingresan a diario a territorio colombiano buscando sobrevivir.
A pesar de esto, incluso desde antes del fenómeno de éxodo masivo ocurrido en Venezuela, ya era común ver como ciudadanos de ambos países se movilizaban de uno al otro por cuestiones laborales o educativas, como el caso de Rubén Silva.
Rubén es un caraqueño de 29 años que llegó a Bogotá hace alrededor de 7 años en búsqueda de educación a la sede norte de la Universidad Central, particularmente, la carrera de Comunicación Social y Periodismo, lo que lo introdujo a vivenciar el día a día de cómo era subsistir en Colombia.
En su recorrido universitario se hizo amigo de un grupo de “locos” oriundos de Bogotá y con quienes compartía un gusto particular: la música, más específicamente, el Reggae. Esto comenzó como un punto en común entre un grupo de jóvenes que se hicieron amigos; no obstante, con el paso del tiempo, se consolidó como un proyecto que, al día de hoy, tiene forma y nombre propio.
Se trata de la banda llamada Agua Brava, formada por 7 músicos que por medio de reggae y distintos ritmos latinos y afroamericanos, han logrado producir dos canciones y establecerse como una promesa de la música en la ciudad de Bogotá.
¿Cómo nacieron?
“Agua Brava nace en 2017, conformada por 6 músicos bogotanos y yo, que soy de Caracas. Todos éramos apasionados por el reggae y eso nos unió en una idea: la de impactar positivamente la sociedad por medio de la música y nuestros mensajes” Nos cuenta Rubén, quien asegura que su banda mezcla distintos ritmos para crear sus canciones.
Silva, a pesar de identificarse como compositor y vocalista de la banda y de ser una de las cabezas que lidera Agua Brava, manifiesta que el secreto ha sido la unión de los miembros y el hecho de tomar decisiones de manera conjunta, haciendo apología a sus ideales que son los de la unión del pueblo por y para el pueblo.
Por otro lado, las cuarentenas y todas las restricciones que se dieron a raíz de la pandemia del coronavirus, trajeron bastantes dificultades para este artista venezolano; sin embargo, según sus miembros, fue el momento donde pudieron focalizar y reinventarse como artistas y entender cuál era el rumbo de la banda.
¿Qué los motiva?
“Las problemáticas sociales en Colombia han sido inspiración para nosotros componer, buscando sacar a flote estas dificultades que viven los ciudadanos colombianos; sin embargo, mi vivencia como ciudadano venezolano, la crisis que vive mi país y mi visión de la sociedad del país en el que vivo ahora, han sido fundamentales para componer nuestras canciones y expresar nuestras ideas” Cuenta Rubén.
Y es que, a pesar de la xenofobia y las distintas problemáticas que se viven a diario entre ciudadanos colombianos y venezolanos a causa de la migración masiva, este caraqueño logró encontrar un grupo de colombianos que lo acogió como uno de ellos y que le permitió encontrar un objetivo y un ideal.
“El arte transforma y genera conciencia a las personas (…) Estamos convencidos de que nuestro partido político es el pueblo y nuestra política es el arte. Sólo el pueblo salva al pueblo y sólo nosotros podemos unirnos y buscar un mejor mañana allá en Venezuela y acá en Colombia”.
La discriminación
Uno de los inconvenientes más importantes que ha tenido que enfrentar Agua Brava como banda musical, ha sido lo que Rubén define como “xenofobia estructural”.
“Muchas veces me he visto limitado para presentarme a convocatorias, ya que me exigen muchos más documentos que a los ciudadanos colombianos y en muchos de los casos, ni siquiera me dejan participar con mi banda (…) También he sentido que todos esos estímulos estatales, además de ser muy peleados y de poco presupuesto, se reparten de mala manera y, en lo personal me he sentido violentado estructuralmente, porque me exigen criterios más altos para participar con mi banda por ser ciudadano venezolano”. Comenta Rubén.
Esto es importante debido a que, de acuerdo con la visión de Agua Brava, la discriminación no debería tener lugar puesto que, en la mayoría de ocasiones, las personas sólo buscan oportunidades para ganarse el dinero honestamente, como es el caso de estos muchachos.
Respecto a esto, el cantautor de la banda brindó su opinión: “La xenofobia es un fenómeno mundial que se ha intensificado a causa de la migración masiva de países como Irán, Venezuela o Angola (…) Si bien vemos que la xenofobia es algo global, me parece que en Colombia se enfatiza de manera sistemática con los venezolanos que carecen de recursos, lo cual me parece más una aversión a la pobreza que xenofobia en sí misma, ya que es el miedo de que vengan de afuera a quitarte tu dinero y tu trabajo”.
Debido a problemas como este, de la xenofobia, es que Agua Brava busca, crear conciencia y amplía la visión del mundo para que las personas estén más conscientes de sus realidades a través de sus letras.
“Nosotros buscamos brindar otros matices a las personas para que vean el mundo y la vida, obtengan información, recursos y amplíen su visión y así tomen sus propias decisiones de manera consciente, ya que creemos firmemente que cada quien es libre de escoger, pero la idea es hacerlo de manera pertinente y empoderada, teniendo a la mano herramientas para lidiar con las circunstancias políticas, económicas, sociales e incluso personales de la cotidianidad”.
Y su visión como migrante
Dentro de la conversación se habló también de política y, fuera del imaginario que se ha creado sobre el venezolano de izquierda, Rubén fue muy certero y enfático en resaltar que todos los partidos y tendencias políticas tienen un fin: obtener poder.
“En mi opinión izquierda y derecha son dos caras de una misma moneda, no hay que olvidar que la política está al servicio del poder y por eso, a través de los discursos, estas dos tendencias buscan simplemente ganar electores; no obstante, a pesar del cuento del capitalismo de unos o el socialismo de otros, en la práctica, ambos son lo mismo, igual de malvados y despiadados, pero a su estilo”.
Esto fue reforzado con su metáfora sobre los estados de la materia y la política, donde Venezuela se ubica como una dictadura sólida, mientras en Colombia aún es líquida, pero que ambas utilizan mecanismos de represión y el uso de las leyes a su conveniencia buscando impunidad. “En Venezuela el nivel es desbordado; sin embargo, en Colombia la corrupción es tenaz, no veo gran diferencia entre ambos lados, sino más bien entre las personas”.
“Nuestro partido político es el pueblo y nuestra política es el arte”
Su éxito musical
Su primera producción como banda fue la canción llamada “El Genocida”, donde hablan sobre la violencia estatal, la fumigación de campos, las dificultades en el acceso a la salud y otras problemáticas que se viven a diario en Colombia y otros países del mundo.
“La intención principal de esta canción es desenmascarar a esos mandatarios que se visten de una tendencia u otra pero que utilizan el poder para oprimir y mancillar al pueblo. Se trata de cómo ministros, presidentes, militares, políticos y empresarios terminan siendo ese mismo ser: el genocida, que no es más que una persona cargada da balas, con el corazón lleno de odio y que actúa para satisfacer sus necesidades sin importar que su pueblo se vea masacrado”. Dice Rubén.
Con esta canción no buscan más que generar una reflexión en las personas sobre los políticos de sus respectivas realidades, que los convencen con discursos llenos de mentiras, que no son más que armas para dañar a los ciudadanos que los eligen.
Los miembros y el futuro
Como se mencionó, son 7 los hombres que se unieron para producir música: Diego Torres en el bajo, Jonathan Cruz como trompetista, Miguel Sánchez tocando la guitarra, Nicolás Nizo con su teclado, Juan Manuel Guerrero al mando de la batería, el experto en percusión Jonathan Romero y nuestro amigo caraqueño, Rubén Silva, vocalista y compositor que busca por medio del arte, luchar contra la xenofobia y la corrupción, buscando un mejor futuro.
“En este momento nuestros proyectos principales son, seguir produciendo temas. Sacamos la canción de “El Genocida”, que fue un éxito, ahora produjimos dos canciones, una llamada “Suave” y la otra “Juana María” y de esta manera buscamos seguir creciendo y brindándole a la juventud colombiana y venezolana un poco de reflexión y un mensaje de unión y paz”, concluye Rubén quien, a pesar de ser víctima en varias ocasiones de discriminación, ama Colombia y ama Venezuela, pero sobre todo ama al pueblo.
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